Hoy una canción que me ayudó mucho en una determinada etápa, habla de cuando dejas de controlar tu vida, cuando parece que algo te roba el tiempo y que tú en realidad no estás allí.
¿Quién sangra por do más pecado hubiere?,
¿Quién me cambia por tu desilusión?,
¿Quién sazona el amor con alfileres?,
¿Quién me descorazona el corazón?
¿Quién quema relicarios, pilas, naves?
¿Quién quema relicarios, pilas, naves?
¿Quién alquila mujeres de alquiler?,
¿Quién ha sacado copia de la llave
de los secretos de mi secreter?,
¿Quién oxida el limón de las campanas?
¿Quién oxida el limón de las campanas?
¿Quién se sabe perdido cuando gana?
¿Quién me ha metido el dedo en la nariz?
¿Quién roba, silva, reza, desayuna?
¿Quién planta girasoles en la luna?
¿Quién coño me ha robado el mes de abril?
En la posada del fracaso, donde no hay consuelo ni ascensor, el desamparo y la humedad, comparten colchón. Y cuando por la calle pasa la vida como un huracán, el hombre del traje gris, saca un sucio calendario del bolsillo y grita: ¿Quién me ha robado el mes de abril?, ¿cómo pudo sucederme a mí?, ¿quién me ha robado el mes de abril? lo guardaba en el cajón, donde guardo el corazón.
La chica de BUP casi todas las asignaturas suspendió; el curso que preñada aquel chaval la dejó. Y cuando en la pizarra pasa lista el profe de latín, lágrimas de desamor, ruedan por las páginas de un bloc, y en el escribe: ¿Quién me ha robado el mes de abril?, ¿cómo pudo sucederme a mí?, pero ¿quién me ha robado el mes de abril? lo guardaba en el cajón, donde guardo el corazón.
El marido de mi madre, en el último tren se marchó, con una peluquera veinte años menor. Y cuando exhiben esas risas de instamatic en París, derrotada en el sillón, se marchita viendo Falcon Crest, mi vieja, y piensa: ¿Quién me ha robado el mes de abril?, ¿cómo pudo sucederme a mí?, ¿quién me ha robado el mes de abril? lo guardaba en el cajón, donde guardo el corazón.
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