Noticia publicada por diariodenavarra y eitb.
Si alguien hubiese anunciado que el concierto del Boss iba a comenzar con una versión de la mítica 'Desde Santurce a Bilbao', ninguno de los 36.000 asistentes lo hubiese creído. Sin embargo, a sus 59 años Springsteen no deja de sorprender.
36.000 personas disfrutaron durante tres horas pasadas de un concierto que comenzó con una apoteósica y emotiva a los asistentes con la mítica "Desde Santurce a Bilbao".
Acompañado por el mítico grupo, The E Street Band, Bruce Springsteen hizo vibrar con sus canciones a las 36.000 personas reunidas anoche en el estadio bilbaíno de San Mamés.
El Boss ha iniciado en Bilbao la parte española de su gira europea, que incluirá Benidorm (28 de julio), Sevilla (30 de julio), Valladolid (1 de agosto) y Santiago de Compostela (2 de agosto).
Desde el primer minuto el Boss se hizo con los 36.000 asistentes; y es que, primero las notas del mítico "Desde Santurce a Bilbao" con una acordeón y seguido un "Kaixo Bilbao, pozik nago! (¡Hola Bilbao, estoy feliz!) de boca de Bruce Springsteen hicieron vibrar a la catedral.
Si alguien hubiese anunciado que el concierto del Boss iba a comenzar con una versión de la mítica 'Desde Santurce a Bilbao', ninguno de los 36.000 asistentes lo hubiese creído. Sin embargo, a sus 59 años Springsteen no deja de sorprender.
36.000 personas disfrutaron durante tres horas pasadas de un concierto que comenzó con una apoteósica y emotiva a los asistentes con la mítica "Desde Santurce a Bilbao".
Acompañado por el mítico grupo, The E Street Band, Bruce Springsteen hizo vibrar con sus canciones a las 36.000 personas reunidas anoche en el estadio bilbaíno de San Mamés.
El Boss ha iniciado en Bilbao la parte española de su gira europea, que incluirá Benidorm (28 de julio), Sevilla (30 de julio), Valladolid (1 de agosto) y Santiago de Compostela (2 de agosto).
Desde el primer minuto el Boss se hizo con los 36.000 asistentes; y es que, primero las notas del mítico "Desde Santurce a Bilbao" con una acordeón y seguido un "Kaixo Bilbao, pozik nago! (¡Hola Bilbao, estoy feliz!) de boca de Bruce Springsteen hicieron vibrar a la catedral.
Desde los primeros compases, Springsteen no dejó de acercarse a las primeras filas para sentir de cerca a sus seguidores y, en uno de los momentos más aplaudidos de la noche, le prestó el micrófono a un niño que, sin ninguna vergüenza, cantó el estribillo de "Waiting on a sunny day" y después subió al escenario para saludar junto a su ídolo.
El rockero de Nueva Yersey, que le pidió al público de Bilbao "liarla esta noche con música, espíritu y ruido", supo cómo ganarse a la audiencia sin escatimar energía y con mucha simpatía.
Cuando el reloj señaló medianoche, las luces se encendieron y los músicos se retiraron, pero sólo un par de minutos, para regresar al escenario con fuerza renovada y acometer la última parte de la actuación con una versión de "You never can tell", de Chuck Berry, y el tema "Dancing in the dark", en el que el rockero compartió pasos de baile con una incrédula seguidora.
Con una marchosa "Twist and shout" adaptada a "La bamba" finalizó una noche extraordinaria en la que 36.000 gargantas no dejaron de acompañar ni un instante a un siempre apasionado Springsteen, que se despidió de su público con un "¡Muchas gracias Bilbao, os queremos!".
59 años, tres horas largas de movimiento sin descanso y una sensación: Springsteen es el Boss.
El rockero de Nueva Yersey, que le pidió al público de Bilbao "liarla esta noche con música, espíritu y ruido", supo cómo ganarse a la audiencia sin escatimar energía y con mucha simpatía.
Cuando el reloj señaló medianoche, las luces se encendieron y los músicos se retiraron, pero sólo un par de minutos, para regresar al escenario con fuerza renovada y acometer la última parte de la actuación con una versión de "You never can tell", de Chuck Berry, y el tema "Dancing in the dark", en el que el rockero compartió pasos de baile con una incrédula seguidora.
Con una marchosa "Twist and shout" adaptada a "La bamba" finalizó una noche extraordinaria en la que 36.000 gargantas no dejaron de acompañar ni un instante a un siempre apasionado Springsteen, que se despidió de su público con un "¡Muchas gracias Bilbao, os queremos!".
59 años, tres horas largas de movimiento sin descanso y una sensación: Springsteen es el Boss.
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