De «Los vanos mundos»
El que posee el oro añora el barro.
El dueño de la luz forja tinieblas.
El que adora a su dios teme a su dios.
El que no tiene dios tiembla en la noche.
Quien encontró el amor
no lo buscaba.
Quien lo busca
se encuentra con su sombra.
Quien trazó laberintos
pide una rosa blanca.
El dueño de la rosa
sueña con laberintos.
Aquel que halló el lugar
piensa en marcharse.
El que no lo halló nunca
es desdichado.
Aquel que cifró el mundo con palabras
desprecia las palabras.
Quien busca las palabras que lo cifren
halla sólo palabras.
Nunca la posesión está cumplida.
Errático el deseo, el pensamiento.
Todo lo que se tiene es una niebla
y las vidas ajenas son la vida.
Nuestros tesoros son tesoros falsos.
Y somos los ladrones de tesoros.
Felipe Benítez Reyes
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