Primero organizamos el "día de las bicicletas por Madrid", tras muchas llamadas al ayuntamiento conseguimos que miles de bicis se pasearan a velocidad absurdamente lenta por las calles de Madrid que conducían al restaurante elegido para nuestra cena. Asi Helen pudo disfrutar de un bonito paseo, a ritmo de atasco, viendo a los bicicletistas madrileños. Cosa que a ella le encanta.
Elegimos para cenar la "Taberna Griega", un restaurante griego, cómo su propio nombre indica, que ofrecía espectaculo de danzas típicas en directo. La Mousaka, Sivlakis y Tsatsikis no nos parecía suficiente.... así que tras muchas negociaciones con la productora del programa Caiga Quien Caiga conseguimos que fueran a rodar alli un especial. Asi pudimos ver el rodaje, bailar junto a la presentadora, romper platos... y por supuesto disfrutar de la comida, que fué abundante y sabrosa. Podréis verlo vosotros mismos el domingo a las 15:30 horas en Cuatro.
El regalo a la futura esposa fué un clásico: lencería. Lencería fina y sensual para su luna de miel, para que disfrute junto a su marido, ahora que por fin tendrán papeles y serán una pareja cómo Dios manda. Que ya era hora.
La cosa no se quedó ahí, que va, queríamos algo más internacional, más grande, así que nos lo montamos para que ese día se jugara la semifinal de la Uefa entre el Atletico de Madrid y el Liverpool, reconocemos que no fué fácil, pero es que nosotras valemos mucho, negociamos con los jugadores, y los incentivamos convenientemente para que ganaran. Funcionó, a la alegría propia de la victoria, se sumó el poder disfrutar de la Gran Via atestada de coches a la una de la mañana de un jueves, los claxons sonando sin cesar, los gritos de la gente.... una maravilla hecha realidad para nuestra amiga.
Podía haber acabado así la noche, y no habría sido poca cosa, pero necesitabamos algún detalle extra. Marta nos sorprendió a todas, no sabemos cómo consiguió que Santiago Segura se cruzara con nosotras, cómo el que no quiere la cosa, y nos saludara desde su coche. Al grito de "mirad el Torrente" las cinco, le saludamos eufóricas desde nuestro coche, cosa que él gentilmente agradeció.
Exhaustas, dejamos a la novia en su hogar, y para cerrar la velada, fuimos en peregrinación a la esquina de la casa de una de las mujeres más grandes de España, Belén Esteban. Que justo en ese momento hubiera aparecido cruzando la calle habría sido ya demasiada casualidad.
Y así es cómo terminó nuestra despedida de soltera para Elena. Triunfal.
Si es que ya lo decía yo, nosotras somos muy buenas amigas de nuestras amigas.
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