Estas palabras provocaron una nueva división entre los judíos. Muchos decían: «Está endemoniado y loco, ¿por qué lo escucháis?» (Jn 10, 19-20)
“Nadie da nada por nada”. “Piensa mal y acertarás”. “Todo tiene un precio”. “El que pega primero pega dos veces”. “Calumnia, que algo queda”. “Dios no existe, así que disfruta de la vida”. Refranes de siempre, eslóganes de ahora.
Y frente a ellos, se alza, desnuda, esa otra verdad tuya que invita a amar sin esperar nada a cambio. A partir tu pan con el hambriento y tu túnica con el desnudo. Esa forma tuya de tener siempre una palabra y un gesto de acogida para cada persona, al margen de etiquetas ni prejuicios. Esa forma tuya de saber que cada persona es un tesoro único que Dios ha puesto en este mundo para que dé fruto.
“Nadie da nada por nada”. “Piensa mal y acertarás”. “Todo tiene un precio”. “El que pega primero pega dos veces”. “Calumnia, que algo queda”. “Dios no existe, así que disfruta de la vida”. Refranes de siempre, eslóganes de ahora.
Y frente a ellos, se alza, desnuda, esa otra verdad tuya que invita a amar sin esperar nada a cambio. A partir tu pan con el hambriento y tu túnica con el desnudo. Esa forma tuya de tener siempre una palabra y un gesto de acogida para cada persona, al margen de etiquetas ni prejuicios. Esa forma tuya de saber que cada persona es un tesoro único que Dios ha puesto en este mundo para que dé fruto.
De Pastoral SJ
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