Celia mide aproximadamente 32 cm y pesa unos 830 gramos.Su cuerpecito sigue almacenando grasa, una sustancia imprescindible para que pueda conservar el calor cuando nazca.
Los pulmones son el último órgano en completar su desarrollo, aunque realiza cada vez más movimientos prerrespiratorios, llenando sus pulmones de líquido amniótico y espirándolo, como si estuviera entrenando su sistema respiratorio para su vida fuera del útero materno.
Conforme avanza la gestación absorve mayor cantidad de líquido amniótico, que elimina principalmente por la orina, desechando el resto a través de la piel.
Ya empieza a abrir levemente los ojos y es capaz de reaccionar ante determinados estímulos visuales como, por ejemplo, la colocación de una luz intensa frente a la barriga.
En realidad, todos sus sentidos están alerta y es cada vez más sensible a las señales que llegan desde el exterior, especialmente a los sonidos, pese a que los percibe de forma distorsionada. Hay estudios que aseguran incluso que es capaz de distinguir la voz de su madre y la de su padre.
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