Sentencia de Dios al hombre
antes que el día comience:
Que el pan no venga a tu boca
sin que lo sude tu frente.
Ni el sol se te da de balde,
ni el aire por ser quien eres;
las cosas son herramientas
y buscan quien las maneje.
El mar no es lujo de espumas,
sino paridor de peces.
El hondo sol campesino
trabaja a fuego las mieses.
La piedra, con ser la piedra,
guarda una chispa caliente
y en el rumor de la nube
combate el rayo y la nieve.
A ti te inventé las manos
y un corazón que no duerme;
puse en tu boca palabras
y pensamiento en tu frente.
No basta con dar las gracias
sin dar lo que las merece;
a fuerza de gratitudes
se vuelve la tierra estéril
José Luis Blanco Vega
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