Un “no” no es la ofensa
de enemigos infames.
“Mañana” no es una tragedia.
Lo urgente se infla
a base de rebuznos.
El agobio, a menudo,
es una trola que nos creemos.
Hay caminos sin atajo,
y la obsesión por llegar
es mala consejera.
La espera es maestra.
Ella enseña a latir
al ritmo de los días.
A veces hay que sentarse
en el pupitre
y escuchar la lección.
José María Rodríguez Olaizola
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