Muchos de nosotros tenemos tantos motivos para sonreír… que, por consideración con los más rotos, y por gratitud por todo lo que hay de milagro en nuestras historias, podemos ser más joviales, menos quejicas, más ligeros. Podemos gritar, alborozados, por los encuentros y los proyectos que ilusionan. Podemos cantar, desafinando si hace falta, cada vez que la buena noticia nos alcanza. Podemos reconocer, con asombro genuino, lo afortunados que somos. Y podemos mirar, extasiados, lo bueno que hay en tantas vidas.
Conseguir la necesaria alegría
Conseguir la necesaria alegría
es nuestra meta.
Estamos al final de nada
y por lo tanto al principio de algo.
No sólo hemos puesto el pie en la luna,
sino la mano en el corazón del otro.
Que no haya paro interior,
rechaza la tristeza,
empléate en la alegría
Gloria Fuertes
Publicado por Pastoralsj.org
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