Joaquín Sabina entrevistado por Clarín.
Películas. Las invasiones bárbaras (2003) de Denys Arcand “A mí no me gusta el cine intelectual francés. Prefiero El Padrino, El Ciudadano . Pero creí mejor elegir algo menos obvio. Las invasiones bárbaras tiene que ver con un modo digno de morir, con dos o tres generaciones y una memoria histórica maravillosa. No pretendo ser original. Sólo que El Ciudadano la eligen todos, y yo prefiero descubrirles una que quizá no han visto.
Canción. Knockin’ On Heaven’s Door (1973) de Bob Dylan “De ser parte de la banda sonora de Pat Garrett y Billy the Kid, de Sam Peckinpah, director al que amo, se convirtió en la matriz de 500 canciones, desde la Helpless de Neil Young, hasta mi Quién me ha robado el mes de abril. Esos tres acordes maravillosos crearon una secuencia que llena la segunda mitad del siglo XX. Cuando en casa hay dos músicos y yo, y una botella de whisky, empezamos siempre por Knockin’ , y luego plagiamos todo lo que queremos. Bendito sea el judío de Minnesota”
Programa de televisión. Los Soprano (1999-2007) Creado por David Chase ”Yo tenía la saga del Padrino como una especie de Homero, con su Ilíada y su Odisea , en el cine americano. No pensaba que se podía hacer en televisión. Cuando vi que se hizo, en tiempos en los que la televisión se ha convertido en el opio para el pueblo, me sentí muy gratificado. Además, adoro al gordo Soprano, un gángster de clase media, con una vida doméstica intachable.”
Teatro. Cualquier obra con Ricardo Darín “Hace como 20 años, los grupos independientes, transgresores, que hacían Antonin Artaud, Grotowsky, que gritaban, que se arrastraban por el escenario, me echaron del teatro. Me parecía un soberano coñazo. Pensé que el teatro era algo del siglo XIX, y me fui. Pero, cuando sobre el escenario hay un actor como Ricardo Darín –y lo digo de todo corazón-, yo voy.
Libros. Poemas humanos (1923-1938) de César Vallejo “Lo elijo porque lo que uno lee a los 20 años, te sacude para siempre. Y porque el modo que tuvo el Cholo Vallejo de retorcerle el cuello al lenguaje es de una asombrosa, y muy conmovedora, modernidad. Cuando yo trastamudo las palabras, invento verbos o desconozco un poco la sintaxis, ahí detrás hay un peruano, que es Vallejo, y un argentino, bastante hijo de él, que se llama Juan Gelman”.
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