Transfigurado en una luz más pura,
en ese límite soñado
que contemplamos juntos,
invencible en tu mundo y sublimado
surges en mi recuerdo como un símbolo.
¿En qué lugar, qué puerto,
qué territorio habitarás ahora?
Vivo por ti, viviendo tras tu sombra
y en el continuo miedo de perderte,
de no encontrar la ruta,
de dar mil vueltas
en la ilusión frenética del tiempo.
Tiembla la noche de mi insomnio,
¿qué país es el tuyo?
¿A dónde habrás viajado
desafiando las sombras?
Sólo sé que me adentro
sutilmente en la ausencia,
en un mundo impreciso que no tiene salida,
donde voy sumergiéndome
hondamente a tu lado.
Cristina Maya
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