Los buñuelos de viento son bolas de masa elaboradas con harina de trigo, manteca y huevos que resulta ser frita en aceite caliente. La masa suele tener forma de bola. La masa así frita puede llegar a doblar su volumen, es por esta razón por las que se les denomina con el apelativo «de viento» (es decir hinchados). Los buñuelos de viento pueden ser rellenos dulces de crema, chocolate, chantillí, etcétera. Son un postre que aparece en las pastelerías a comienzos de noviembre, ya que tradicionalmente se sirven en las celebraciones de todos los santos.
Los judíos sefardíes elaboran desde el siglo X para celebrar la Janucá unos bollos fritos con harina de trigo que denominan bimuelos. La introducción de estos bollos en la celebración de Todos los Santos es una modificación cristiana, por la cercanía con la Janucá judía. Posteriormente se hicieron muy famosos en Madrid, donde llegaron a ser tan populares como los churros. También se regalan el dia de las vírgenes.
Los buñuelos de viento suelen ser de pequeño tamaño, apenas 3 cm de diámetro una vez elaborados. La forma redonda puede hacerse a mano, aunque cuando se tiene cierta práctica puede obtenerse usando dos cucharas. La dificultad de este postre está en la temperatura del aceite, ya que si está poco caliente la masa cae al fondo y debe procurarse que se mantenga a flote, pero si está demasiado caliente se forma una envoltura seca alrededor del buñuelo que impide que éste crezca. Los rellenos suelen introducirse después mediante una pequeña abertura elaborada a tal efecto.
En la cocina mexicana existe el buñuelo de viento, pero a diferencia del español se elabora con harina de maíz y se aromatiza con licor de anís.3 En la cocina filipina existen recetas que se denominan de forma similar.
Los ingredientes
200 gramos de harina, 50 gramos de mantequilla, 5 huevos, ½ litro de leche, 1 vaso pequeño de agua, 1 corteza de limón, azúcar, un poco de canela, aceite y sal.
La preparación
Deposita en un cazo la leche y el agua, añade también la corteza de limón y una pizca de sal. Coloca el cazo en el fuego y cuando entre en hervor, agrega la harina de golpe y con el fuego bajo, remueve bien todo el compuesto.
Aumenta el fuego y prosigue la cocción hasta que veas que la mezcla se separa de las paredes del cazo. Retira el cazo esperando a que la masa se entibie. Añade ahora los huevos previamente batidos, poco a poco y sin parar de remover.
Una vez obtengas una masa homogénea, con la ayuda de una cuchara toma la medida para formar los buñuelos y fríelos en una sartén con abundante aceite bien caliente, hasta que veas que están dorados. Retira los buñuelos y deposítalos sobre un plato con papel de cocina para que se absorba el exceso de aceite.
Ahora tan sólo tienes que espolvorear los buñuelos con una mezcla de azúcar y canela en polvo.
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