Cada día que pasa camina mejor; practica con él ejercicios para fomentar su desarrollo motriz, como andar despacio y deprisa alternativamente o subir y bajar escaleras. También su lenguaje se hace más rico, es capaz de repetir cualquier palabra y ya reconoce a las personas cercanas por su nombre
Desarrollo físico.
Con esta edad, las niñas pesan de media entre 8,6 y 12,8 kilos y los niños entre 9,2 y 13,8 kilos. En cuanto a su altura, ellas se hallan entre 72 y 83 cm y ellos entre 74 y 86 cm.
Lo normal es que ya camine mejor, aunque hay niños que desarrollan sus capacidades motrices más lentamente que otros. Si ese es tu caso, no lo fuerces, cada persona tiene su ritmo. Sin embargo, todavía le queda bastante antes de poder caminar sin ninguna dificultad. Es fácil que no calcule bien la profundidad de un escalón o que tropiece con sus propios pies cuando corre para darte un abrazo. Asegúrate de que tu botiquín está preparado para tratar cortes, golpes y heridas.
Ayúdale poco a poco a subir y bajar escaleras, puesto que todavía lo tendrá que hacer cogido de tu mano. De primeras, tu pequeño aprende a subirlas apoyándose en los dos pies y poniéndolos juntos en cada peldaño.
Desarrollo cognitivo.
La comprensión de tu hijo está creciendo rápidamente. Por ejemplo, ya no piensa que las ceras son algo para comer. Ahora puede agarrarlas y crear maravillosos garabatos solamente para ti. Puede divertirse con juegos simples y pasará largos ratos jugando a esconder la cara o dando nombres a partes de su cuerpo, jugando a "¿Dónde está tu nariz?" o "¿Dónde está la barbilla de mamá?". Su memoria también se está desarrollando y verás que puede recordar cosas de las que tú te habías olvidado completamente cuando volvéis a visitar algún lugar en el que habíais estado antes.
Desarrollo social.
Progresivamente va mostrando mayor interés en los otros bebés y ya empieza a interactuar con ellos. Potencia esta faceta, ya que es importante que tu hijo se acostumbre cuanto antes a jugar con otros niños. De esta manera será más sociable.
Si no va a la guardería, intenta que juegue en casa con otros bebés familiares o amigos para que no se convierta en un niño solitario y huraño. Así le será más fácil adaptarse al colegio cuando lo tenga que empezar.
Su lenguaje.
Su lengua empieza a destrabarse y su vocabulario se enriquece. Ya pronuncia varias palabras sueltas, aunque comprende muchas más. A partir de ahí, comenzará incluso a articular frases de dos palabras.
Además de parlotear, le gusta escuchar. Le encanta que sus padres le digan cómo se llama una cosa y la señalen con el dedo. Está atento a las conversaciones de los demás y repite las palabras que oye. No sólo reconoce su nombre, sino también el de sus papás y las personas cercanas. Le fascina que le canten canciones, escuchar música y bailar a su ritmo.
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