Vuelven estos dos pájaros a unir sus voces, entre la lírica y el desgarro, Serrat y Sabina.
Durante sus conciertos una vez más se llenará el aire de nuevas pálidas princesas, de versos incólumes de poetas, de borrachos, macarras y prostitutas, de bares de madrugada y otras ternuras, pero estos dos pájaros volarán juntos, con las alas cruzadas como sus letras y melodías hacia el fondo de la noche y Sabina se pondrá suave y Serrat hará de canalla y no cesarán de volar hasta encontrar el corazón dulce de los caballos en cada uno de los espectadores. Cantando la moral de la derrota o la gloria de estar vivo, de ser un héroe cotidiano o un superviviente de la propia guerra, los dos han sido elegidos por los dioses, uno con la voz rota, otro modulando un temblor también desgañitado.
Esta noche os veo, maestros.
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