La semana pasada, se discutió en la Cámara de los Comunes de Canadá sobre si el país estaba preparado para actuar ante una amenaza zombi. Pat Martin, parlamentario por Winnipeg, consultó acerca de esta cuestión al ministro de asuntos exteriores, John Baird, y éste le respondió.
La historia comienza unos días antes en una cadena de televisión de Great Falls, Montana, la KRTV. Durante la emisión de los típicos anuncios de teletienda, se activó el sistema de avisos de emergencia. Una voz grabada anunciaba una alerta para varios condados de la zona debido a que los muertos se estaban levantando de sus tumbas.
En un alarde de originalidad, la cadena achacó este suceso a un “hacker”, puesto que en realidad en ninguno de estos condados los muertos estaban volviendo a la vida. Por supuesto, este evento fue la comidilla en todo el estado, y cruzó la frontera canadiense.
Pero eso no es lo más importante. El famoso CDC, el centro de control de enfermedades de Estado Unidos con sede en Atlanta, había realizado un entrenamiento conjunto con su equivalente en Quebec. Ese entrenamiento consistió en el desarrollo de una acción de respuesta ante una amenaza zombi.
Pat Martin felicitó a estos dos centros, y aprovechó para organizar la siguiente escena en el parlamento
La pregunta que dirige al ministro es que si el gobierno está preparándose para una posible invasión de zombis “y que no se convierta en un apocalipsis zombi”, y que si tiene firmado algún tipo de acuerdo estratégico con Estados Unidos, puesto que los zombis no entienden de fronteras.
Lo grande es que el ministro le respondió de forma brillante. Afirmó que mientras el primer ministro siga en su cargo, garantiza que Canadá seguirá libre de zombis. Además hizo un juego de palabras intraducible (“I am dead-icated”), que vendría a ser algo así como “mis esfuerzos zom visibles”.
Bromas aparte, en realidad diseñar un plan de estrategia ante una hecatombe zombi es un buen ejercicio para una agencia estatal de acción ante grandes desastres. Una agencia así debe estar preparada para cualquier pandemia o evento desastroso imprevisible. Por imposible que pueda parecer.
De hecho, es la única forma de prepararse ante lo que jamás podría suceder. Y en lo que va de siglo, llevamos visto demasiados eventos que eran inimaginables. Hale, primero a reír, luego a pensar.
Tomado de www.zonafandom.com
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