En 1973 tras la publicación de su disco "Greetings from Ausbury Park" se fue corriendo la voz entre los asistentes a los conciertos de que aquello merecía la pena.... Y a partir del día en que entre el público se encontraba un crítico de uno de los periódicos más importantes del área metropolitana, Neal Vitale del Boston Globe, el rumor se convirtió en un clamor.
"El espectáculo fue una delicia -escribió después de verlos en el club Oliver-. A medida la noche del miércoles se convertía en la mañana del jueves, se iba haciendo obvio que asistíamos al tipo de actuación que recordaríamos durante mucho tiempo: el sentimiento era el de haber visto a un artista brillante, único, un gigante en sus inicios que pronto se convertiría en una estrella."
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