sábado, 11 de abril de 2009

Sabado Santo: con humo blanco de la nube negra

A veces la vida nos da razones para la pena, el llanto, el desconsuelo. Y sería un error echar a correr demasiado pronto en pos de un bienestar reconquistado. A veces, lo humano, es aceptar nuestra porción de desierto. Saldremos de las sombras, se disiparán las tormentas, volverá a brillar el sol, pero toca asumir que, a veces, la vida duele un poco. Por tantas razones y sin razones…
Muchas veces no sé la respuesta, pero quizás no importa mucho. Sólo te pido, Señor, que en esos momentos no me dejes rendirme. Que no me dejes tampoco dramatizar demasiado. Que me ayudes a sonreír un poco ante mis angustias. Que me enseñes a fiarme, de Ti y de otros.

HOY ESTOY TRISTE
Hoy estoy triste.
No me lo sé explicar, pero estoy triste.
Quizá la culpa...
Qué sé yo...
...Esta mañana de nubes bajas;
quizá esta mesa
no demasiado grande
para que coma el mundo;
quizá estos hombres
que hacen el hormigón para mi calle;
no sé si, acaso, aquel muchacho
que juega con la arena,
o la mujer que viene de la compra...
...No sé, sinceramente.
Es todo tan sencillo a simple vista...
Aquí, sentado, casi
pegado a mi ventana,
y la vida en la calle, como un río...
Y yo mirando, solo,
con la pluma en la mano
diciendo que estoy triste,
como si a nadie le importara mi tristeza,
como si no fuera la vida una serpiente...

Nicolás del Hierro

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