jueves, 27 de mayo de 2010

Los sentimientos y la vida afectiva a través del cine


Autor: MªConsuelo Tomás y Beatriz Ródenas (Coord)
Título: Los sentimientos y la vida afectiva a través del cine
Editorial: Ediciones Internacionales Universitarias
Año: 2009
Pags.:174


En la época de la pantalla global, la formación afectiva se realiza, en parte, también a través de los medios audiovisuales. Interesante conocer su mecanismo, ¿no?

Este libro, que puede parecer sesudo y que no lo es en absoluto, ofrece un recorrido por los sentimientos que la gran pantalla transmite y que los autores nos enseñan a descubrir y disfrutar. Cine, antropología y educación son los tres ejes de la obra, de modo que ayudan a ahondar en la persona y en sus ansias de plenitud, desde un certero análisis de las polaridades afectivas principales (amor-odio, esperanza-desesperación, alegría-tristeza, ira o cólera y temor-audacia) tal y como se reflejan en las películas que se han proyectado recientemente en los cines (Once, Crash, El curioso caso de Benjamin Button, Slumdog millionaire, etc.). La universalidad de la pantalla digital despierta la urgencia de abordar la “educomunicación”, y el paso de la urgencia pedagógica a la profundización antropológica se convierte en algo casi obligado. Este libro es excelente para profesores y educadores de todos los niveles (por su aportación teórica), para catequistas y padres (por sus propuestas concretas de películas) y para todo el que quiera ahondar en el mundo de la cultura y del análisis antropológico de este medio de comunicación tan querido que es el cine.

“Leía un artículo del periodista y escritor Javier García Sánchez sobre la famosa película “Carros de Fuego” en el que expresaba los sentimientos del espectador, como las emociones que embargan al atleta en el momento de la competición: “Esta película entrañable habría triunfado si, por ejemplo, Vangelis no escribe para ella la música que todos conocemos? Seguramente no. Las escenas iniciales, en la playa, quedan ya en la retina del espectador, y en realidad son mucho más de aquello que parecen: un simple entrenamiento de un puñado de atletas. Incluso, me atrevo a afirmar, se les escapó a los propios creadores del film: esos hombres corriendo son el deporte de competición, en soledad. Juntos, pero en verdad infinitamente separados todos y cada uno de ellos. Acaso compañeros de club, amigos íntimos, pero también, posiblemente enemigos mortales a la hora de correr en una misma pista”.

Tomado de Pastoral SJ

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