viernes, 13 de agosto de 2010

Semana 27

Celia mide ya unos 33 centimetros y pesa algo menos de 900 gramos.
A medida que se va acumulando sustancia adiposa bajo su piel, ésta no ofrece un aspecto tan arrugado como en semanas anteriores y su tonalidad es cada vez más clara.
Esta etapa resulta decisiva para su desarrollo pulmonar: sus movimientos prerrespiratorios son cada vez más rítmicos y sus bronquios han empezado a dividirse para formar el árbol respiratorio. Éste empieza a llenarse de líquido amniótico, que será reabsorbido al nacer.
El cerebro ultima su proceso de maduración y las células nerviosas siguen recubriéndose con la funda protectora de la mielina.
El bebé abre los ojos con mayor frecuencia y reacciona a distintas intensidades de luz.
Aunque percibe los sonidos externos, éstos le llegan distorsionados, no sólo por el líquido amniótico sino también por el vérnix caseoso que recubre sus orejas y que tiene por objeto proteger su piel.
Si naciera en este momento, sus posibilidades de sobrevivir serían muy altas.

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