martes, 29 de abril de 2014

Mis clásicos favoritos: Casablanca

Voy a iniciar una sección para el análisis de mis clásicos preferidos. Espero que os guste!!!!!

Narra un drama romántico en la ciudad marroquí de Casablanca bajo el control del gobierno de Vichy. Está protagonizada por Humphrey Bogart en el papel de Rick Blaine e Ingrid Bergman como Ilsa Lund. El desarrollo de la película se centra en el conflicto de Rick entre el amor y la virtud: Rick deberá escoger entre su amada Ilsa o hacer lo correcto. Su dilema es ayudarla o no a escapar de Casablanca junto a su esposo, uno de los líderes de la resistencia, para que este pueda continuar su lucha contra los nazis.

Es una de las películas mejor valoradas de la cinematografía estadounidense. En su tiempo el filme tenía todo para destacar ampliamente, con actores renombrados y guionistas notables, sin embargo ninguno de los involucrados en su producción esperaba que este pudiese ser algo fuera de lo normal. Se trataba simplemente de una de las docenas de producciones anuales de la maquinaria hollywoodense. La crítica ha alabado las actuaciones carismáticas de Bogart y Bergman y la química entre ellos, así como la profundidad de las caracterizaciones, la intensidad de la dirección, el ingenio del guión y el impacto emocional de la obra en su conjunto.
Se basa en la obra teatral "Todos vienen al café de Rick"  de Murray Burnett y Joan Alison, que nunca fue puesta en escena. El proyecto de cine rebautizó la obra como Casablanca, quizás intentando imitar el éxito de la película de 1938, Argel. El rodaje comenzó el 25 de mayo de 1942 y finalizó el 3 de agosto del mismo año. La película se rodó completamente en estudios, excepto una secuencia en la que se muestra la llegada del mayor Strasser, que se realizó en el Aeropuerto Van Nuys de Los Ángeles.

El productor Hal B. Wallis decidió, tras haber terminado el rodaje, que la frase final de la película sería: «Louis, pienso que este es el comienzo de una hermosa amistad». Bogart tuvo que ser llamado un mes después de finalizada la filmación para doblar la frase.
Aún a pesar del gran número de escritores involucrados en el guión, el filme tiene eso que Ebert describió como un guión de “maravillosa unidad y consistencia”.

La primera opción del productor, Hal Wallis, para dirigir la película fue William Wyler, pero como no estaba disponible, decidió escoger, a su amigo, el director Michael Curtiz.
Una mención especial merece la fotografía de Ingrid Bergman, en la que se puso especial cuidado. Ingrid fue fotografiada casi siempre en su perfil izquierdo, perfil preferido por la propia actriz, y en muchas ocasiones se aplicaba un filtro suavizador de tipo gaussiano y con catch lights para hacer que sus ojos destellaran. Estos efectos fueron diseñados para proporcionar a su rostro una apariencia “inefablemente triste, tierna y nostálgica”.

La música fue escrita por Max Steiner. La canción "As time goes by" de Herman Hupfeld había sido escogida para formar parte de la obra de teatro original, y Steiner tenía previsto reemplazarla por una obra propia. Sin embargo, cuando el compositor quiso crear su propia obra para remplazarla, se encontró con que Ingrid Bergman ya se había cortado el cabello para protagonizar su siguiente papel cinematográfico, por lo que no se podían volver a rodar las escenas en las que aparecía la canción. Así que Steiner basó por completo la música de la película en dicha canción y en La Marsellesa, el himno nacional francés, transformándolos para que reflejaran diversas situaciones. De nota excepcional es el «duelo de canciones» en que La Marsellesa compite (interpretada a todo pulmón por una orquesta completa) contra un pequeño grupo de alemanes que cantan «Die Wacht am Rhein» en el piano.

Los actores que aparecen son:
Humphrey Bogart como Rick Blaine.
Ingrid Bergman como Ilsa Lund. Wallis adquirió los servicios de Bergman mediante un contrato con David O. Selznick, a cambio de prestarle a Olivia de Havilland.
Paul Henreid como Victor Laszlo.
Claude Rains como el capitán Louis Renault. Rains, actor londinense, curiosamente había servido en la Primera Guerra Mundial, en donde efectivamente había alcanzado el grado de capitán.
Sydney Greenstreet como el señor Ferrari, propietario de un club de la competencia.
Peter Lorre como el Sr. Ugarte.
Conrad Veidt como el mayor Strasser de la Luftwaffe.
Dooley Wilson como Sam. Wilson, actor estadounidense, era en realidad baterista y no sabía tocar el piano.

Gran parte del impacto emocional de la película se atribuye a la numerosa proporción de exiliados europeos y refugiados que participaron como extras y en roles menores. Un testigo de la filmación de la secuencia del «duelo de canciones» afirmó haber visto a muchos de los actores llorando y haberse dado cuenta de «que todos eran en realidad verdaderos refugiados». Harmetz afirma que estos «le brindaron en una docena de papeles pequeños a Casablanca la comprensión y la desesperación que jamás hubieran podido proveerle los actores centrales del reparto». Los ciudadanos alemanes que había entre ellos, por ejemplo, debieron guardar el toque de queda al ser considerados como extranjeros enemigos. Irónicamente, además, casi siempre fueron requeridos para la interpretación de soldados nazis, de los cuales ellos mismos habían huido.

El filme fue exhibido por primera vez en el Teatro Hollywood de Nueva York el 26 de noviembre de 1942, para coincidir con la invasión de las tropas aliadas de la costa norte de África y la captura de la ciudad de Casablanca. La reacción de la crítica fue positiva en general, con la revista Variety describiéndola como “espléndida propaganda anti Eje”; como más tarde diría Koch, “era un filme que las audiencias necesitaban... tenía valores... sacrificios dignos de hacer. Y lo mostró de un modo muy entretenido”.

En los Óscar de 1943, Casablanca ganó tres premios: Mejor guión adaptado, Mejor director y Mejor película, y fue nominada para otros cinco (que no ganó).
En 1989, Casablanca fue seleccionada por el National Film Registry para ser preservada en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, por ser «cultural, histórica o estéticamente significativa».
En 1997, el American Film Institute, tras consultar a mil quinientos expertos de la cinematografía estadounidense, colocó a Casablanca en sus listas como la segunda mejor película estadounidense de todos los tiempos detrás tan solo de Ciudadano Kane. Este estatus fue ratificado en la revisión que el Instituto hizo en 2007, cuando se colocó en tercer puesto.
En 2006, la Writers Guild of America que agrupa guionistas de cine y televisión, eligió el guión de Casablancacomo el «mejor de todos los tiempos» en su lista de Los 101 mejores guiones.

De acuerdo con Roger Ebert, es «probable que Casablanca se encuentre en más listas de «grandes filmes de todos los tiempos» que cualquier otro título, incluso Ciudadano Kane» porque su atractivo es muy amplio; mientras Ciudadano Kane es «grandiosa», Casablanca es adorable. Nunca se ha oído, continúa diciendo Ebert, una reseña negativa sobre el filme.

Rudy Behlmer hace énfasis en el gran cuadro que se dibuja: «se trata de una mezcla de drama, melodrama, comedia e intriga».

Leonard Maltin afirma que esta es su cinta predilecta de todos los tiempos.

1 comentario:

Mamen dijo...

Recuerdo que el día que vi esta maravillosa y magnífica peli, me dejó impresionada. Los actores, brillantes, esa ambientación... esa música. Es un film que lo tengo mi top de favoritas de ese género.