Hoy, martes 20 de enero, en las escalinatas de la fachada oeste del Capitolio, la sede del Congreso, Barack Obama será juramentado como marca la tradición por el presidente de la Corte Suprema de Justicia y con la mano en la Biblia, la misma que usó Abraham Lincoln.
Será investido cómo el 44 presidente de los Estados Unidos, el primer afroamericano en ocupar el cargo, un día histórico.Para muchos Obama es una doble "esperanza" porque representa el fin de la polémica política conservadora del presidente George W. Bush y porque además simboliza el advenimiento de una nueva era social, racialmente más integrada.
Obama parece encarnar el cambio como pocos de sus predecesores lo han hecho.
Quizá porque son tiempos más problemáticos que de costumbre, con el país en una creciente crisis económica y en medio de dos guerras, con una polarización como pocas veces ha vivido la sociedad estadounidense.
Obama llega con tanto capital político a la Casa Blanca que podría gozar de una larga "luna de miel", de hasta dos años, según las encuestas que indagan cuánto tiempo están dispuestos a esperar los ciudadanos para ver cambios palpables en la conducción del país.
Muchos se dan por satisfechos con la sola consideración de que, casi medio siglo después, las luchas del reverendo Martin Luther King han permitido que Obama llegara al poder.
Extracto de lo publicado por bbcmundo.com
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