Entre el 9 y el 10 de noviembre de 1989 se puso fin a la división de Alemania. Entre esos dos días cayó el Muro de Berlín y miles de berlineses se abrazaron nuevamente después de 28 años de separación. Esa noche la población entera salió a la calle animada por las palabras de Günter Schabowski, miembro del politburo germano oriental, quien anunciaba la aprobación inmediata de una nueva ley de viaje. Una nueva ley que permitía los viajes privados al extranjero sin presentación alguna de justificante y que entraba en vigor desde el mismo momento en que Schabowski lo anunció a la prensa el mismo 9 de noviembre.
Esto, y la propaganda en los medios de comunicación que rezaba “El Muro está abierto”, movieron a los desarraigados habitantes a viajar al epicentro de todo. Miles de alemanes se acercaron a los principales puntos de paso donde exigieron cruzar el muro.
Alrededor de media noche se abrió el punto de control de Bornholmerstraße. Por primera vez en casi 30 años se podía atravesar libremente, sin temor a morir, sin mostrar un pase que podía ser rechazado. Simplemente era posible atravesarlo porque sí. Sería al día siguiente cuando el sueño de la reunificación fuera más real que nunca. Die Wende, el cambio, por fin era posible.
El 10 de noviembre de 1989 gritos, lágrimas y colosales latidos de euforia se desparramaron entre una avalancha de muchedumbre, hasta entonces comunista, que transitaba al otro lado.
Precisamente, este año 2009 se celebra el veinte aniversario del glorioso acontecimiento y Berlín se convierte en un destino turístico especialmente apetitoso. Exposiciones, recorridos históricos y entradas gratuitas a museos y galerías permiten al visitante imbuirse en aquel mar de sucesos de 1989.
Aunque el muro ha sido destruido en su mayor parte, por supuesto, sus huellas siguen vivas en ciertos lugares de la ciudad. Hoy en día, algunos puntos de visita obligada son: la puerta de Brandemburgo, solitariamente localizada en tierra de nadie durante los años de separación.
La calle Niederkirchnerstraße, donde se alza una parte del llamado muro fronterizo “del tipo 75″ perteneciente a la cuarta generación del Muro de Berlín. El Museo del Muro Checkpoint Charlie, donde es posible visitar una exposición permanente sobre la historia de la franja fronteriza y la East Side Gallery, lugar en el que se localiza el segmento de mayor longitud que, del Muro de Berlín, ha llegado hasta nuestro días.
Esto, y la propaganda en los medios de comunicación que rezaba “El Muro está abierto”, movieron a los desarraigados habitantes a viajar al epicentro de todo. Miles de alemanes se acercaron a los principales puntos de paso donde exigieron cruzar el muro.
Alrededor de media noche se abrió el punto de control de Bornholmerstraße. Por primera vez en casi 30 años se podía atravesar libremente, sin temor a morir, sin mostrar un pase que podía ser rechazado. Simplemente era posible atravesarlo porque sí. Sería al día siguiente cuando el sueño de la reunificación fuera más real que nunca. Die Wende, el cambio, por fin era posible.
El 10 de noviembre de 1989 gritos, lágrimas y colosales latidos de euforia se desparramaron entre una avalancha de muchedumbre, hasta entonces comunista, que transitaba al otro lado.
Precisamente, este año 2009 se celebra el veinte aniversario del glorioso acontecimiento y Berlín se convierte en un destino turístico especialmente apetitoso. Exposiciones, recorridos históricos y entradas gratuitas a museos y galerías permiten al visitante imbuirse en aquel mar de sucesos de 1989.
Aunque el muro ha sido destruido en su mayor parte, por supuesto, sus huellas siguen vivas en ciertos lugares de la ciudad. Hoy en día, algunos puntos de visita obligada son: la puerta de Brandemburgo, solitariamente localizada en tierra de nadie durante los años de separación.
La calle Niederkirchnerstraße, donde se alza una parte del llamado muro fronterizo “del tipo 75″ perteneciente a la cuarta generación del Muro de Berlín. El Museo del Muro Checkpoint Charlie, donde es posible visitar una exposición permanente sobre la historia de la franja fronteriza y la East Side Gallery, lugar en el que se localiza el segmento de mayor longitud que, del Muro de Berlín, ha llegado hasta nuestro días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario