viernes, 30 de julio de 2010

Semana 25

Celia mide ya unos 30 centimetros y pesa unos 700 gramos.
Su cuerpo no parece tan delgado y su piel comienza a tener un aspecto más rosado.
El cerebro está madurando rápidamente y sus neuronas prosiguen el proceso de diferenciación.
En esta fase de su desarrollo, los patrones de su actividad cerebral son ya muy semejantes a los de un recién nacido.
Su ritmo cardíaco ha descendido ligeramente y sus pulmones se están acabando de desarrollar con mucha rapidez.
Su expresión facial es ya muy definida; se pueden distinguir las cejas, la nariz y la boca, perfectamente perfiladas.
Empiezan a formarse sus papilas gustativas, por lo que es capaz de percibir las sustancias que flotan en el líquido amniótico.
Sus ciclos de sueño se han regularizado y se producen a la inversa de los míos; es decir, aprovecha para dormir cuando yo estoy despierta y lo acuno con mis movimientos y se mantiene despierta mientras yo duermo.
Del mismo modo, un ruido brusco o determinada música es capaz de despertarla.

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