Hoy es un día importante para nosotros. Un aniversario amargo, pero por su resultado, finalmente feliz.
Esta noche hará un año de esa noche tan agónica, de aquella llamada de teléfono de mi hermano, de aquella carrera por el pasillo del hospital, de aquel abrazo bañado en lágrimas de mi madre... hoy hace un año del ingreso de mi padre en la REA.
Y sin embargo hoy es todo alegría. Está recuperado, trabajando de nuevo en los pasillos que tanto frecuentamos entonces. En este año hemos vivido juntos muchas cosas importantes, la boda de Fer y Laura, la emancipación de Nacho, mi embarazo...
Y ahora, al echar la vista atrás, no nos paramos a recordar los malos momentos de esos 50 días, la angustia, la impotencia... sino sólo a las personas que Dios puso en nuestro camino. A los enviados que nos lo hicieron todo más fácil. Eso es lo mejor que nos ha quedado de esta dura experiencia.
Nos distéis la vida sin saberlo, con llamadas, con mensajes, con visitas, con cariño y con vuestro trabajo.
A todos los que nos acompañastéis, gracias.
A todos los que llamastéis, gracias.
A todos los que llorastéis con nosotros, gracias.
No quiero nombraros, porque no es necesario, os llevamos para siempre en el corazón.
Pero quiero hoy recordar especialmente al personal de la REA. A los médicos, las enfermeras, los auxiliares, las límpiadoras... todos aquellos que con su trabajo nos hicieron cada día un poco más fácil, todos los que nos sonreían cuando no había nada bueno que decir, y nos daban esperanza con cada pequeño avance. Gracias a todos.
Y especialmente a los médicos, a esos que nos hablaban de ciencia, de alveolos, embolias, coágulos, vías, traqueotomías y nos hacían dibujos para que lo entendiéramos... quiero dedicarles este poema:
Esta noche hará un año de esa noche tan agónica, de aquella llamada de teléfono de mi hermano, de aquella carrera por el pasillo del hospital, de aquel abrazo bañado en lágrimas de mi madre... hoy hace un año del ingreso de mi padre en la REA.
Y sin embargo hoy es todo alegría. Está recuperado, trabajando de nuevo en los pasillos que tanto frecuentamos entonces. En este año hemos vivido juntos muchas cosas importantes, la boda de Fer y Laura, la emancipación de Nacho, mi embarazo...
Y ahora, al echar la vista atrás, no nos paramos a recordar los malos momentos de esos 50 días, la angustia, la impotencia... sino sólo a las personas que Dios puso en nuestro camino. A los enviados que nos lo hicieron todo más fácil. Eso es lo mejor que nos ha quedado de esta dura experiencia.
Nos distéis la vida sin saberlo, con llamadas, con mensajes, con visitas, con cariño y con vuestro trabajo.
A todos los que nos acompañastéis, gracias.
A todos los que llamastéis, gracias.
A todos los que llorastéis con nosotros, gracias.
No quiero nombraros, porque no es necesario, os llevamos para siempre en el corazón.
Pero quiero hoy recordar especialmente al personal de la REA. A los médicos, las enfermeras, los auxiliares, las límpiadoras... todos aquellos que con su trabajo nos hicieron cada día un poco más fácil, todos los que nos sonreían cuando no había nada bueno que decir, y nos daban esperanza con cada pequeño avance. Gracias a todos.
Y especialmente a los médicos, a esos que nos hablaban de ciencia, de alveolos, embolias, coágulos, vías, traqueotomías y nos hacían dibujos para que lo entendiéramos... quiero dedicarles este poema:
¡Todo lo sé! del Mundo los arcanos
ya no son para mí
lo que llama misterios sobrehumanos
el vulgo baladí.
Sólo la ciencia a mi ansiedad responde
y por la ciencia sé
que no existe ese Dios que siempre esconde
el último por qué.
Sé que soy un mamífero bimano
(que no es poco saber),
y sé lo que es el átomo, ese arcano,
del ser y del no ser.
Sé que el rubor que enciende las facciones
es sangre arterial;
que las lágrimas son las secreciones
de la glándula lacrimal;
que la virtud que al bien al hombre inclina
y el vicio, sólo son
partículas de albúmina y fibrina
en corta proporción.
Que el genio no es de Dios sagrado emblema,
no señores, no tal:
el genio es un producto del sistema
nervioso cerebral.
Y sus creaciones de simpar belleza
sólo están en razón
del fósforo que encierra la cabeza
¡no de la inspiración!
Amor, misterio, bien indefinido,
sentimiento, placer...
¡palabrotas vacías del sentido
y sin razón de ser!...
Gozar es tener siempre electrizada
la médula espinal,
y en sí el placer es nada o casi nada:
un óxido, una sal.
¡Y aún dirán de la ciencia que es prosaica!
¡Hay nada, vive Dios,
bello como la fómula algebraica
C= p r2 !
¡Todo lo sé! del mundo los arcanos
ya no son para mí
lo que llama misterios sobrehumanos
el vulgo baladí...
Mas... ¡ay! que cuando exclamo satisfecho:
¡todo, todo lo sé!...
siento aquí, en mi interior, dentro del pecho
un algo... ¡un no sé qué!...
Joaquín M. Bartrina
Porque a ese algo, a ese no sé qué, yo le pongo nombre. Y no puedo dejar de dar gracias a Dios por habernos topado con vosotros.
Mil gracias a todos.
Mil gracias a todos.
2 comentarios:
Aysss que me he emocionado....
No sabes la alegría que nos diste cuando dijiste que todo iba mejorando y cuando tu padres despertó.
Nunca podremos saber como os sentíais tú y tu familia, pero lo sufrimos con vosotros y cuando todo pasó nos alegramos igualmente.
Fueron unos días horribles pero lo bueno es que esta historia tiene un final feliz y con estas experiencias se aprenden a apreciar más la vida y a la gente que quieres.
Y que lo digas Almu. Nos parece increible que haya pasado ya un año entero!!!!! y con la distancia, ves que realmente de todo se aprende y que merece la pena quedarse sólo con lo bueno. Gracias guapa!
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