Mi Bruce

No decepciona, nunca decepciona.

Bruce empieza los conciertos cómo la mayoría los terminan. Es impresionante.

Salió media hora tarde, estábamos entretenidos haciendo "olas", y de repente, un "Hola Madrid... One, Two", y empieza con "Badlands", así, sin más.

Empezar un concierto con "Badlands" es un subidón total. En 3 segundos todo el público estaba totalmente entregado, y en 10 parecía que lleváramos alli desde siempre coreando al Boss.

Fue un concierto largo, (hoy sé que el más largo de su carrera, tres horas y cuarenta y ocho minutos), aunque a mi me pareció estupendo, y hubo tiempo para todo, lentas, menos conocidas... de todo. Es cierto que dio un bajoncillo, para mi gusto, después de ese inicio tan espectacular. Enlazó un par de las nuevas canciones (buenísimas), con temas menos conocidos, pero cómo él es tan bueno, y la banda tan potente, pues saben salir de cualquier paso. Cuando los más profanos empezaban a aburrirse un poco (mi marido y mi hermano) y a comentar que "porqué metía tanta morralla" (ayssssssss) llegó "Working on the highway", y de ahí para arriba: no sé, sonaron un montón de míticas: "The Rising", "Thunder Road", "The River", "Born in the USA" seguida de "Born to run", "Dancing in the dark", "Tenth Avenue freeze out", "My city of ruins"... un montón de temazos.

Hubo muchos momentos entrañables, para mí fue especialmente emotivo uno al principio cuando preguntó si echábamos de menos a alguien después de haber presentado a la banda.... el estadio se venía abajo con los aplausos, "si vosotros estáis aquí, y nosotros estamos aqui (dijo en castellano) entonces ellos también están aquí". Reconozco que se me saltaron las lagrimas y se me puso la carne de gallina.

Hubo muchos homenajes a Clarence, presentó a su sobrino, que le ha sustituido, y le dió mucho protagonismo, cada vez que las cámaras enfocaban el saxo, los aplausos se acentuaban. Y al final, cómo no podía ser de otra forma, una pausa en "Tenth Aveneu Freeze-Out", después de su frase "and the Big Man join the band", silencio, y en las pantallas fotos de Clarence. Fue precioso, el estadio entero de pie aplaudiendo emocionado.

También habló de la crisis, dedicó "Jack of all trades" a los que han sufrido y siguen luchando, y "The River" a un chico de Mallorca de 20 años que iba a acudir al concierto pero falleció un par de semanas antes de un tumor cerebral.

En la parte más flojilla salió un colega a cantar un tema con él, estuvo gracioso, pero cómo no sabíamos quién era no nos gustó tanto. Luego he sabido que era Southside Johnny, un músico de su época de Ausbury Park que tocó alguna vez con ellos, y que pertenece a la banda de Max Weimberg. Le dió sus cinco minutos de gloria a un amigo que de otra forma nunca hubiera podido tocar ante una cantidad de público como esa.

Como guiños simpáticos, sacó a un niño a cantar con él el estribillo de "Waiting on a sunny day", cómo ya viene siendo tradicional, y durante "Dancing in the dark"sacó a una chica que sostenía un cartel que decía "Can I dance with Nils?", una vez en el escenario le indicó que fuera a bailar con Nils, y él sacó a una niña de unos 9 o 10 años para que bailara con él.

Dormí muy poco. Ir a trabajar al día siguiente fue muy duro. Pero mereció la pena. Todo merece la pena por ver a Bruce. Las horas de cola, el calor, el sueño, el pastizal que vale la entrada.... todo está amortizado y bien invertido.

Es el más grande. Que un tío de 62 años sea capaz de dar semejante espectáculo durante 4 horas sin una sola pausa, es muy grande. Que un tío con sólo aparecer en el escenario sea capaz de hacer vibrar a la vez a 60.000 personas, es muy grande. Que se junten en un estadio de fútbol gente de todas las generaciones para gritar lo mismo, es muy grande.

Siempre que le veo en directo espero que no sea la última vez. Bruce, vuelve por favor, nos das alegría, esperanza, y mucha felicidad.

Sólo puedo decir que anoche disfruté muchísimo. Muchísimo de verdad.