jueves, 13 de septiembre de 2012

Llegó la Tempestad de Dylan

Después de medio siglo de carrera y setenta años de vida, Bob Dylan mantiene en vilo a sus seguidores con la inminente publicación de su nuevo álbum, «Tempest», una colección de diez canciones que salió a la venta el pasado día 11.

La expectación generada por «Tempest» ha sido alimentada por las críticas que hablan de la excelencia del álbum número 35 de la discografía de Dylan, cuyo sencillo, «Duquesne whistle», puede escucharse en la red desde hace unos días, acompañado por un brillante vídeo firmado por el realizador australiano Nash Edgerton.

Con sus aires de «saloon», «Duquesne whistle» -coescrita con Robert Hunter- es el perfecto arranque de un viaje por caminos polvorientos, aguas pantanosas y noches profundas por los que Dylan arrastra su voz de lija acompañado por su equipo habitual: Tony Garnier (bajo), George G. Receli (batería), Donnie Herron (guitarra steel) y Charlie Sexton y Stu Kimball (guitarras).


Al experimentado grupo de músicos que le siguen por todo el mundo en el ya mítico «Tour interminable» se ha unido de nuevo en las sesiones de grabación David Hidalgo, de «Los Lobos», que aporta un toque fronterizo al sonido austero y clásico que marca todo el disco.

En «Tempest» (Sony), Dylan se muestra como un narrador incontenible de principio a fin. Las letras del álbum son textos descarnados que se desarrollan en relatos en ocasiones increíblemente largos.

Es el caso del tema que da nombre al disco, que cuenta en -atención- catorce minutos la tragedia del hundimiento del «Titanic». Son casi cincuenta estrofas, sin estribillos, y con referencias a la película de James Cameron y su protagonista, Leonardo DiCaprio: «Leo tomó su cuaderno de dibujo / Él era a menudo tan dispuesto / Cerró los ojos y pintó / El paisaje en su mente».

Los textos son la columna central de un disco en el que la producción, que el propio Dylan firma bajo el seudónimo de Jack Frost, da protagonismo a la voz cada vez más cascada del bardo de Duluth, que va como un guante a las historias que narra. Dylan cierra «Tempest» con una mirada sobre John Lennon en «Roll on John».

La similitud del título del álbum con «La tempestad», considerada la última obra escrita por William Shakespeare, no ha pasado desapercibida a los «dylanólogos» más agoreros, que ven en este disco el testamento de Robert Zimmerman.

Una posibilidad que el propio Dylan se ha encargado, por lo visto, de desmentir ya, precisando que no es lo mismo «Tempestad» que «La tempestad».

1 comentario:

Mamen dijo...

Que grande Bob Dylan.