La última canción, Thundercrack, otorgó a todos los músicos sus minutos de gloria por turnos, hasta llegar al clímax con el solo de guitarra de Bruce, memorable sobre todo por su mímica al estilo de Chaplin durante el espectáculo, con una parte casi en total silencio, y su rostro cambiando para mostrar el esfuerzo de doblar las cuerdas y obtener el sonido de una nota aguda.
Cuando Clemons tocó una nota desafinada con el saxo, Bruce se detuvo en seco, con un rostro que denotaba una exasperación cómica: "¿para qué les pago a estos tíos cincuenta dólares a la semana¿ ¿Para esto?".
La broma subyacía en que Clemons, Lopez, Sancius, Federici y Tallent, más conocidos entonces cómo la "E-Street Band", se habían convertido en una parte esencial de las actuaciones y la reputación de Bruce. Todos tenían múltiples solos durante los espectáculos y una invitación continua para tocar lo que quisieran, sin importar lo que tardaran.
"No creo en una banda donde todos ellos queden relegados detrás de mí -le dijo Bruce a un periodista en 1974-. Los quiero para que actúen... Tengo una panda de tíos que tocan genial, dejemos que salgan ahí. Dejemos que toquen. Es simplemente: ¡ve a por ello!, y cuando acabes, házmelo saber, y haremos algo todos juntos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario