martes, 5 de octubre de 2010

Clases de Preparación al Parto: 5ª Sesión

La alimentación del recién nacido

La lactancia materna es la alimentación ideal para el recién nacido y para la madre. Ayuda a que el útero vuelva antes a su tamaño normal y se pierde más grasa de la acumulada durante el embarazo. Además las mujeres que han dado el pecho tienen menos riesgo de padecer cáncer de mama. Para los niños es la mejor composición de nutrientes posibles, y actua a la vez cómo alimento y medicina, ya que les inmuniza contra muchas bácterias.

Después del parto se produce la respuesta hormonal más fuerte, y es cuando se debe comenzar la lactancia. Cuanta más leche se da, más se tiene.
El bebé debe comer unas 8 o 9 veces al día, ya que debido a su pequeño tamaño se cansa enseguida y necesita muy pronto volver a alimentarse. La leche del final de cada toma es la más rica en grasas y la que más alimenta.

Durante los primeros meses la lactancia debe ser a demanda del recién nacido, siempre que quiera, pero eso, respetando ese minímo de 8 tomas diarias para asegurar su correcta alimentación.
Los primeros días hay que darles cada 2 horas o dos horas y media para ayudar a la madre a mantener la producción de leche. Debe ser una rutina regular.

Si el pecho se pone muy duro, al bebé le cuesta mucho sacar la leche, en esas ocasiones hay que aplicarse calor y proceder a extraer manualmente o con un sacaleches algo de cantidad, existe en estos casos el riesgo de mastitis.

La leche materna extraida aguanta bien dos días en la nevera y hasta 3 meses en el congelador, pero nunca debe descobgelarse en el microondas, ya que perdería sus propiedades. Se puede calentar al baño maría.

Para las tomas nocturnas se recomienda una luz tenue, y hablar en voz baja, hacerlas de forma rápida, para que bebé distinga que no es lo mismo comer de día que de noche.

En todas las tomas el bebé debe succionar de ambos pechos, unos 10 minutos de cada uno.
Recomiendan mantener la lactancia mientras se pueda. A los 4 o 6 meses, dependiendo, se empieza a complementar la lactancia con otro tipo de alimentación, pero es bueno mantenerla.

Para proceder al destete hay que organizarse tres semanas antes de ir a dejarlo, se irán quitando tomas de forma progresiva para que el bebé se acostumbre.

Si la leche materna no cubre todas las necesidades del bebé, se complementará con biberones. Se le darán las dos cosas en cada toma, pecho y biberón. Muchas veces, por la tranquilidad que experimenta la madre, la calidad de la leche mejora y pueden volver a retirar los biberones manteniendo la lactancia.

Si la madre, por el motivo que sea, no puede o no quiere dar el pecho, no hay ningún problema, la alimentación puede ser completa a base de biberones desde el principio.

Por lo que se refiere a la alimentación de la madre, debe ser variada y abudante, comer 6 veces al día y beber mucho líquido. Recomiendan volver a introducir pronto los alimentos que durante el embarazo nos habían prohibido, los embutidos, el jamón...
Si el bebé es propenso a los cólicos, recomiendan a la madre que elimine la ingesta de lactosa de su dieta diaria.

1 comentario:

Almu dijo...

y al principio sobre todo hay que ir despertándole porque se queda sopa mientras toma la teta, jejeje